La redención del vampiro (Hematopeya)

Obra nº: 146
Espectáculos: Bromato de Armonio
Discos: (No)
Vídeos: (No)

(Este número, que forma parte del espectáculo Bromato de Armonio, fue ideado principalmente por Carlos López Puccio, según declaró Marcos Mundsdock a una televisión argentina; en un primer momento a este último no le convencía demasiado, pero finalmente le entusiasmaba su papel de vampiro)

Jorge Maronna: Tenemos que tener mucho cuidado; recuerden que el conde es un vampiro.

Carlos Núñez Cortés: Los aldeanos dicen que solo vive para hacer el mal.

Daniel Rabinovich: Dicen los aldeanos que lleva cientos de años viviendo aquí; incluso uno me dijo que lleva siglos.

(Aparece el conde, que es Marcos Mundosck)

Conde: Bienvenidos a mi castillo. En vuestra carta me decíais que queríais visitarlo; me llamó la atención, no es frecuente que alguien quiera venir aquí. También me decíais que sois músicos, ¿sois músicos?

D.R.: Sí, somos "musicois".

Conde: ¿De qué grupo?

(A coro): Les Luthiers

Conde: No, de qué grupo sanguíneo, ¡ja, ja, ja! Ah, sí, ah, RH positivo... tú eres B negativo... ¡oh joven, lo felicito por su generosidad: donante universal! Este... ¡oh, cosecha cuarenta y dos! Se ve que sois buenos músicos, se nota que lleváis la música en la sangre, ¡ja, ja, ja!

(A coro): ¡Ja, ja, ja!

Conde: Me alegro que hayáis venido, cuando estoy solo me haga mala sangre, ¡ja, ja, ja!

(A coro): ¡Ja, ja, ja!

Conde: Eso es verdad, hace poco falleció mi esposa...

D.R.: ¡Ja, ja, ja!

Conde: Que sepáis que soy el último representante de una estirpe de grandes personalidades; tío Nosferatu, primo Drácula, mi sobrino John Donovan... tiene una fábrica de tres mil obreros, es un chupasangre.

Carlos López Puccio: Esta es la misión más peligrosa que nos han encomendado.

Conde: Ya que os ofrecéis como músicos, hacedme oír alguna de nuestras interpretaciones. Ah, ya sé, nunca llegué a escuchar una melancólica melodía de esta tierra, Transilvania.

D.R.: ¿Transilvania?

Conde: ¡Sabéis alguna! ¿verdad?

D.R.: Sí, sí... claro.

(Comienzan a tocar una cumbia)

Desde que no estoy contigo
vivo apegado al al alcohol;
quiero que vuelvas conmigo
y que en mi casa entre el sol.
La desolación me ataca
y he perdido la razón
tu ausencia es como una estaca
clavada en el corazón.

Conde: ¡Ah! ¡Es espantosa!

D.R.: Ahora venía la estrofa del ajo.

Conde: ¡Ah! ¡Au! ¡Au... xililio! ¿Quién sois vosotros?

D.R.: Venimos a redimirlo, a reintegrarlo a la sociedad de nuevo. Somos de Vampiros Anónimos; deje de hacer el mal en este sórdido castillo y regrese con los seres humanos.

Deje este horrible castillo
sórdido, húmedo y frío
o tendrá reúma y artrosis:
la clásica dolencia del vampiro.
Con esos colmillos largos
no puede mostrarse de día
pero se hacen milagros
con la odontovampicirugía.

Conde: Me operaré.

Será fácil parecer
un honesto ciudadano
y ahora es más, podrá ser
igual que cualquier ser humano.

Conde: ¿No echaré de menos el mal?

Pero para hacer el mal
no hay por qué ser diferente;
usted puede ser criminal,
o ministro, o presidente.