La hija de Escipión (Fragmento de ópera)

Obra nº: 144
Espectáculos: Bromato de Armonio
Discos: (No)
Vídeos: (No)

(NARRADOR: Marcos Mundstock; DANIEL: Daniel Rabinovich; PAJES: Carlos Núñez Cortés, Jorge Maronna y Carlos López Puccio; ESCIPIÓN: Marcos Mundstock)

NARRADOR

La producción operística de Mastropiero sorprende por su notable coherencia; pese a la diversidad de sus dramas, comedias, tragedias, al oír un fragmento de cualquier ópera de Mastropiero se reconoce inmediatamente la mano del compositor; por su estilo, por su fuerza expresiva, y sobre todo porque la música es siempre la misma; incluso, en los ensayos de sus últimas óperas reunía a los cantantes, y en vez de partituras repartía solo la letra. Por ejemplo, se conserva de su ópera El suplicio de sor Angélica la letra del aria de soprano "Aléjate de mí, que soy más pura que los ángeles", con la siguiente indicación del puño y letra de Mastropiero: cántese con la melodía de mi anterior ópera, La cortesana de Lamermour, aquella que dice "acércate, papito, que soy más voluble que las aves". Como escribiera el crítico musical Harold Shönstein: "todas las obras de Mastropiero llevan su sello; el modo que tiene de componer óperas es un verdadero modus operandi, como los delincuentes famosos; mejor dicho, como otros delincuentes famosos. Por lo tanto", concluye, "no comentaré más sus estrenos, enviaré al cronista de policiales". Poco después, salió publicada la siguiente crónica de una ópera de Mastropiero, dice así: "Al levantarse el telón comparece el tenor (sexo masculino, contextura mediana), y dando muestras de encontrarse alcoholizado, increpa a la soprano (contextura robusta, sexo indefinido), y le reclama reanudar su relación; esta se niega, profiriendo alaridos y gritos desaforados, como si cantara. El arriba mencionado, en estado de emoción violenta, extrae de entre sus ropas una pistola, calibre veintidós, y le efectúa a la supraescripta un disparo a quemarropa con orificio de entrada en el abdomen, y orificio de salida... y orificio de salida. Luego, arrepentido por el ilícito perpetrado, toma entre sus brazos a la soprano (aproximadamente un tercio de la misma); la damnificada, se repone satisfactoriamente de sus heridas, y decidida a perdonarlo, lo estrecha en un fuerte abrazo. El tenor lanza un estridente do de pecho, que prima faciae, sería un pedido de auxilio. La escena finaliza sin tener que lamentar víctimas ni daños materiales". Esta escena es, precisamente, la que no vamos a escuchar a continuación, ya que ninguno de los integrantes de Les Luthiers se avino a representar el rol de la soprano; en cambio, interpretaremos un fragmento de otra ópera de Mastropiero, pero que lleva la misma música. Es la escena de "Daniel el seductor ante la ventana de Juana María del Sagrado Corazón" de su ópera La hija de Escipión.

DANIEL
Soy Daniel el seductor
y a la muy hermosa Juana
vengo a cantarle mi amor
al pie de su ventana

PAJES
Date prisa señor,
pues al alba despierta su padre.

DANIEL
Terminaré antes de que amanezca.

PAJES
Date prisa señor...

DANIEL
de que amanezca

PAJES
date prisa señor

DANIEL
de que amanezca...
¡más rápido no puedo!

PAJES
termina de una vez.

DANIEL
Juana, ya sé que es tarde,
espero que puedas perdonarme;
asómate, casta Juana,
asómate a la ventana.

PAJES
No te ha escuchado,
debes llamar su atención.

DANIEL (gesticulando)
Soy Daniel el seductor
y he venido a cantarte mi amor,
y he venido a cantarte mi amor.
¡Juana!

PAJE
Señor, que puede escucharte su padre, Escipión.

DANIEL
No temo la ira de un anciano.

PAJE
Es una locura desafiar la prohibición de cortejar a Juana María del Sagrado Corazón, la más noble, la más pura, la hija de Escipión.

DANIEL
No temo a ese viejo cretino.

PAJE
¡Oh! Escipión ganó su fama
luchando contra los infieles,
por eso el pueblo le llama
Escipión el...

DANIEL
¡No me importa!

PAJE
Escipión el...

DANIEL
¡No me interesa!

PAJE
.... el asesino sanguinario.

DANIEL
No me agradaría molestarlo.

PAJES
Cántale ahora, es tu oportunidad, se ve la sombra de Juana, con toda claridad, en la ventana.
Escipión asesinó
a cuarenta y dos sujetos
porque él consideró,
consideró,
que a su hija le faltaron
el respeto.

DANIEL
Soy Daniel el respetuoso seductor,
y he venido a cantarte mi amor;
adoro su mano – no – no – no
adoro su pelo – lo – lo – lo
adoro su boca, también.

PAJES
Su padre ha despertado,
de solo verlo me aterro
finge que eres un perro.

DANIEL (Con la música de "Soy Daniel el seductor")
Gua gua guau gua gua gua guau
gua gua gua gua gua gua gua gua guau
gua gua gua gua
Juana, ya sé que es tarde,
espero que puedas perdonarme

PAJES
Escipión algo ha escuchado,
alguna sospecha abriga,
finge que eres una amiga.

DANIEL
Soy tu amiga Leonor,
y he venido a cantarte mi amor

PAJES
¡No le has engañado,
con gesto amenazador
su espada ha desenvainado!
Finge que eres un ave,
canta como el cuclillo

DANIEL
Clu – clu - clu

PAJES
¡La grulla, el estornino!
¡Gua guau guau!

PAJES
¡No, hay un ave!

DANIEL
¿La gallina es un ave?
Co – co – co
co – co – co – co – co
co – co – co – co
la gallina canta co – co
¡co – co – co – co – co – co – co!
¡co – co – co – co – co – co – co!
¡ese es el gallo!
¡kiriki – ki – ki – ki – ki!
la gallina canta ¡co – co – co – co – co!
¡el gallo le cana kiriki – ki! ¡co – co – co – co!
Están los pollitos ¡pío, pío, pío! ¡pío, pío!
con la mamá, la gallina ¡co – co – co – co – co!
¡kiri – ki – ki!
¡co – co – co – co!
¡pío, pío, pío!
¡co – co – co!
¡co – co...! ¿cómo le va?
¿cómo le va don Escipión? ¡qué bonito pijama, qué elegante se lo ve, parece la sota de espadas! ¿qué anda haciendo por aquí a estas horas de la noche?

ESCIPIÓN
Cazando gallinas
¡te mataré gallina!

DANIEL
¡Miau, guau!
Muuu

ESCIPIÓN
Solo un príncipe puede pretender
a Juana María del Sagrado Corazón
la más noble, la más pura,
la hija de Escipión.

DANIEL
Usted no entiende mi situación,
tenía un ilusión
ingenua y sincera,
ansiaba estar con ella un momento
aunque solo fuera;
pero ahora comprendo
que era una quimera.

ESCIPIÓN
Tu sinceridad me ha conmovido,
nunca me engaño con la gente;
veo que eres de sangre noble,
y además, honesto y decente;
por mi fe: tendrás lo que has pedido.

DANIEL
¿Y yo qué he pedido?

ESCIPIÓN
Juana será tu esposa.

DANIEL
Verá, don Escipión, yo no soy noble.

ESCIPIÓN
El dinero también da nobleza.

DANIEL
Pero yo soy muy pobre, y mi familia también; son años que arrastramos esta penosa situación económica que nos invade.

ESCIPIÓN
Me gusta tu franqueza.
Te casarás con Juana,
de mi decisión me fío,
tendréis una boda cristiana.

DANIEL
Hay algo más:
soy judío.

ESCIPIÓN
Quien ni escucha ni dialoga
tiene el corazón vacío;
casaos en la sinagoga,
pero que no vaya ni un judío.

DANIEL
Pero, si voy yo...

ESCIPIÓN

Ni peros ni sermones,
también he sido joven
y entiendo que cuando se ama
no debe haber
no debe haber
condiciones.

DANIEL
Pero, entonces, ¿consentís nuestra relación?

ESCIPIÓN

DANIEL
¿Sin condición?

ESCIPIÓN
Ajá

DANIEL
¿Y puedo terminar mi canción?

ESCIPIÓN
Harás que me emocione.

DANIEL
Juana, ya sé que es tarde
espero que puedas perdonarme;
cada noche que pasamos en tu lecho
fue maravillosa;
pero hoy no podré quedarme
porque me espera mi esposa.

ESCIPIÓN
Hija, estoy indignado;
¿es esto lo que has aprendido?
¿es esto lo que te he enseñado?
No me importa que sean pobres;
no me importa que sean judíos;
¡lo que me indigna es que no les cobres!