Para Elisabeth (Sonata a la carta)

Obra nº: 141
Espectáculos: Bromato de Armonio
Discos: (No)
Vídeos: (No)

¡Oh... jo, jo, jo...carta de Elisabeth!. ¡Oh, hermosa muchacha, cuánto me amas!; veré qué dices en tu carta y compondré una sonata inspirada en ella.

"Querido Johann: pienso mucho en nosotros, sabes cuánto admiro tu arte..."; je, je, je... oh, oh; "¡aleluya!, eres un artista de verdad"... eh... eh... eh... ¡ah, ya sé! (Suena la música que comienza a componer).

(Se interrumpe la música) Y ahora, ¿cómo sigo? ¡Ah, ya sé! (sigue la música)

"Querido Johann, los primeros días te he echado de mucho de menos, me he sentido muy sola entre esta gente desconocida". (Suena la música)

"¿Por qué nunca quisiste pedir mi mano?" (Suenan unos acordes de la "Marcha Nupcial"). "Querido Johann, siempre recuerdo aquel atardecer en que caminábamos en el bosque de Regenwald, y todo era hermoso, la alondra cantaba... (piu, piu), los grillos cantaban también (cri – cri – cri – cri), también las golondrinas (tiu, tiu), y también las montañas... y también las montañas eran hermosas. Recuerdo cómo nos acostamos sobre la hierba (fiuuuu), tus besos (muac, muac), tus fuertes abrazos (shhhh), y cómo se avivó la llama de nuestro amor y ocurrió aquello (ñic-ñic)... aquello fue... bastante agradable. Johann, qué afortunada soy en tenerte como confidente, aleluya, eres un amigo de verdad. La semana pasada concurrí a uno de esos tediosos bailes en casa de la duquesa de Genoux; era un agasajo al joven y apuesto duque Alfredo, que regresaba del Caribe (suenan unos compases de música tropical: azúcar... caliente). El joven y apuesto duque Alfredo insistió en que lo acompañara a otra fiesta, una fiesta íntima (suena un dramático acorde de piano). Luego fuimos a su palacio, aleluya, un palacio de verdad (suenan unas trompas); me llevó a conocer el gran salón de baile (suenan los compases de un vals), las caballerizas (toco toc), las pajareras (piu, piu), y por fin, su alcoba (suena un dramático acorde de piano); y allí apasionadamente me (fiuuuuu, shhhh....); nunca olvidaré ese torrente de pasión; y una vez más, sobre la alfombra, colgado de la araña, en la bañera... ¡aleluya, aleluya, por fin un hombre de verdad!"