Pasión bucólica (Vals geriátrico)

Obra nº: 110
Espectáculos: Humor Dulce Hogar
Discos: (No)
Vídeos: (No)

(Clarita: Carlos Núñez Cortés, Rosarito: Jorge Maronna)

Clarita: Una semana limpiando y no luce, dieciocho años que tengo las ventanas cerradas y siguen entrando polvo, telas de araña. Para colmo ya está por llegar Rosarito... (Suenan unos golpes en la puerta) ¡Esa es Rosarito! ¡Ya va! Adelante querida, adelante...
Rosarito: Hola Clarita ¿cómo está?.
C: Querida amiga...
Cy R: (Hablan a la vez y sin escucharse)

Clarita
Rosarito
Querida amiga, qué preciosa se la ve... Divina, déjeme que la bese...
se cambió el peinado... me tiene que decir cómo se cuida...
le queda maravilloso... que lindo trajecito...
y esas perlas cultivadas... se dejó la barba...

R: ...Le traje unas masitas caseras.
C: Querida, no se hubiera molestado.
R: Ah... cambió los muebles de lugar.
C: Ah sí. ¿Cómo se dio cuenta?
R: Y, acá donde está el piano había otra cosa.
C: Ay... tiene razón. Ahí estaba el finado Arnolfo. Y sí, lo saqué, una no puede vivir aferrada a los recuerdos.
R: Hace muy bien, Clarita, hay que seguir viviendo.
C: Todos los veranos lo vuelvo a poner en la bóveda, allí está más fresco. ¿Se acuerda cómo le gustaba la música? ¡Cómo la escuchaba!
R: Quietito...
C: ¿Qué le parece si tocamos alguna canción, eh?
R: A ver cuál tiene para hoy Clarita.
C: A ver... esta.... esta... ¿la sabe?
R: Esta... sí
C: Qué suerte que la sabe.
R: No la sé.
C: ¿No dijo "esta sí"?
R: No, no, no, estaba leyendo el título... "Éxtasis... de amor". A ver esta otra, "Pasion bu-lo-li-ca".
C: Ah sí, esa es divina. Pero le falta el acento.
R: Ah..." Pásion" bucolica.
C: Mejor toquemos esta,. es divina... un, dos, tres, un, dos, tres.... Mejor toquemos.
Cy R:
En estos bellos jardines
sopla una brisa de vida

C: ¿Vio qué bonita que era Rosarito?... es un vals.
Cy R:
Quiero olvidar para siempre
las ilusiones perdidas
R: Ah... hablando de perdidas... ¿sabe que se casó la Betty?
C: ¿ La Betty? Ay, pobre...
R: ¿Por qué? Pobre el marido. Le cuento que se casó de blanco.
C: ¡Hay que ser descarada!
R: No, no, no, el marido se casó de blanco.
Cy R:
El canto de los pajaritos
inflamando nuestro pecho
Piu piu piu piu-pio
Piu piu piu piu-pio.
Crisantemos y malbones,
musgos, líquenes, y helechos...
C: Helechos, helechos... nunca me voy a olvidar lo que me dijo el finado en el lecho de muerte: "Vieja, traeme un sánguche de salame"
R: Pobre, estando tan mal.
C: No, si estaba lo más bien.
R: ¿No dijo "lecho de muerte"?
C: Ah, sí... murió en ese lecho... pero muchos años después. No, lo que pasa es que el Arnolfo, a nuestra cama matrimonial, le llamaba "el lecho de muerte". Decía que era la muerte de sus ilusiones.

Cy R:
Los querubines beatos,
que por nosotros velaban...
R: Ah... velar, ah... me olvidé de ponerle la vela a San Pantaleón, para la salud.
C: Rosarito, Rosarito, usted qué tantos santos, usted debería tener un médico, ¿qué no?
R: ¿Para qué? Si con los santos me arreglo. Estoy sanísima
C: ¿Seguro?
R: Seguro. Lo único... el juanete, pero eso me lo arregla el pedicuro. Hace cuarenta y siete años que voy del mismo pedicuro, él me arregla también las patas de gallo. No, no, con los zapatos no se notan.
C: Aunque sea debería tener un ginecólogo
R: Todavía no necesito.
C: Al menos debería hacerse un "papanicolau"
R: ¿Es algo del Vaticano?
C: No, el "papanicolau" es para enfermedades de señoras.
R: Entonces... será "mamanicolau".
Cy R:
El canto de arroyo
que al oído me decía
glu glu glu glu-gluu
glu glu glu glu-gluu
Confesaste tu pasión,
me ofreciste nueva vida...
C: Nueva vida... "año nuevo vida nueva": siempre lo decía el finado.
R: Muy alegre.
C: Me acuerdo, casualmente, aquella vez para año nuevo...
R: ¿Qué pasó?
C; ¡Cómo se descompuso el Arnolfo! Me dejó la sala hecha un asco. Los médicos no se ponían de acuerdo.
R: Ah, como siempre.
C: Uno decía: "enema de pulmón"
R: ¡Debe ser larguísima!
C; Otro, que el corazón, otro que los riñones...
R: Los médicos siempre discutiendo por menudencias
C: ¿Sabe lo que me dijo uno? Que era un problema que venía arrastrando desde hace años
R: ¿Una puierna?
C: No, una hernia
. Me lo tuvieron que operar, salió el cirujano y me dice: "Señora lo perdimos en la operación".
R: Ah Clarita, ¡qué momento!
C: Por suerte lo encontraron enseguida. Se había escapado del quirófano. ¿Sabe cómo hicieron para encontrarlo? Fueron siguiendo la sonda. Le revolvieron el mondongo.
R: Ah, Clarita, ahora que dice mondongo me acordé, me tiene que dar la receta de los Huevos Quimbos
C: Ah... pero es una pavada, ¿para qué la quiere?
R: La quiero hacer esta noche
C: ¿Esta noche?
R: Es que viene a cenar el pedicuro
Cy R:
Me declaraste tu afecto
pero luego me olvidaste
C: Nunca me voy a olvidar la noche aquella cuando me lo trajeron al Arnolfo, estaba a la miseria. Le pregunté al doctor: ¿Será alguna comida que le cayó mal? Y va y me dice: "No señora, una cornisa que le cayó justo". No se movía, no hablaba.
R: Hablando de hablar, ¿de qué hablaremos con el pedicuro? Porque hablar y nada más, él no puede esperar otra cosa, jamás lo he autorizado.
C: ".La autorización, me tiene que firmar la autorización", me dijo el doctor. Yo miré el papel y le dije: ¿Pero qué tiene que ver mi pobre Arnolfo con una autopista? ¿Eh? ¿Qué tiene que ver?
R: Una tiene que ver las cosas que pasan, una mujer sola tiene que saber decir que no.
C: "No señora", me dijo el doctor, "autopista no, autopsia". Y yo le dije: Y bueno, hágala, total, mal no le puede hacer.
R: Él no puede hacer nada si yo no se lo permito, empezaremos conversando, y bueno, ya veremos cómo sigue...
C: "Sigue estacionario", me dijeron en la autopsia, "tranquila, señora", me decían, "tranquila"...
R: Tranquilas las manos, porque si no me pongo a gritar...
C: .A los gritos salió la enfermera, salió con el Arnolfo en brazos, me lo muestra y me dice: "La felicito señora, es un varón"
R: Él es un varón pero yo soy una mujer decente, tengo una forma de vivir.
C: Y... Hay que seguir viviendo Rosarito.
R: Es lo que yo siempre digo Clarita, hay que seguir viviendo.
C: Es como usted dice, hay que seguir viviendo.
R: Es como usted dice que yo digo, Clarita, hay que seguir viviendo.
Cy R:
Viva la vida,
viva el amor,
y la pasión juvenil.